Dictado por el Dr. Fidel Moccio
Conceptos generales
La creatividad y las musas
Creo que resultará de interés hacer una breve historia de la evolución de las ideas sobre creatividad, dado que mi criterio se plantea, a partir de los años '40, un momento crítico, y de cambio en la concepción y el nacimiento consiguiente de metodologías para conectarse con las fuentes la creatividad. Desde siempre, el acto de crear fue asociado con el arte y fue comprendido como un don que algunos hombres recibían y que además llegaba desde afuera. Esta vivencia era, por supuesto, el resultado de la observación que los creadores hacían acerca de cómo sentían que recibían las inspiraciones que los llevaban a realizar sus obras. El arte fue asociado a la creatividad, pero sabemos que la creatividad se da también en el campo científico; y yo agregaría con énfasis, se da creatividad en el campo de la simple vida de relación. Las musas, por ejemplo eran la visión mítica de esa fuerza generadora del arte, en sus distintas formas, música, poesía, danza; se instalaban en el espíritu creador de los artistas y generaban los productos creativos, de los cuales el creador era un simple transmisor: era un elegido, entonces. Hasta hace pocos años se mantuvo la división entre los que realmente podían crear y los otros, los espectadores de esos productos creativos. No hay una fecha para indicar cuándo se instala una concepción que cambia todo nuestro esquema con respecto a la creatividad; ya en la década del '40, algunas empresas que se dedicaban a investigar la creatividad en los Estados Unidos comienzan a hacer una metodología montada sobre concepciones psicológicas acerca del tema.
Algunos trabajos de la década del ‘60 son muy interesantes, dado que para esa época ya había sido cambiada la idea de un don creador, patrimonio de los que ostentaban el titulo de creadores, con sus dotes personales de origen genético o familiar, que los diferenciaba de los que no podían poner en marcha sus posibilidades de crear. Comienza así a resquebrajarse esta especie de privilegio versus limitaciones, y se inicia, a nuestro criterio, el período de una creatividad posible de ser entrenada. Tal vez esto sea lo que más impacte que señalo como un punto crítico: es posible que la creatividad pueda ser entrenada. Se trata de desbloquear un don del que dispone el ser humano, por supuesto que con distintas intensidades y calidades. En el seno de las empresas de nivel mundial se financian experiencias en investigaciones para ampliar su producción. Surgen en entonces, simultáneamente, organizaciones que proponen entrenamientos en laboratorios de creatividad. Empresas que no iban a invertir si no sabían que esto iba a transformarse en un incremento de sus productos y de sus ventas1.
La conclusión más importante se sintetiza en una pregunta: ¿quiere decir que la creatividad puede entrenarse, puede desarrollarse? Parece que sí, porque los equipos creativos de las empresas que hemos mencionado logran, en grupos de entrenamiento, en comparación con equipos testigos, tres veces más ideas aplicables. Esto confirmaría este importante cambio: la concepción, yo diría el descubrimiento, de que los "no creativos", como idea, como prejuicio, estábamos limitados por la concepción de que la creatividad se tiene o no se tiene. La creatividad es un poder que no tiene dueño, el hombre puede apelar a su creatividad, siempre y cuando encuentre los caminos para hacerlo, y en eso consisten las tareas, los entrenamientos.
1 Basta ilustrar la importancia de las empresas, como Colgate-Palmolive, Johnson & &Johnson, General Electric, IBM, Remington, Singer, Manufacturing. ESSO, Union Carbide, Western Electric, etc.
Vamos a definir entonces la creatividad. La cantidad de definiciones que se han dado sobre este proceso son numerosas; elegimos una que tal vez, por su síntesis, pueda ser útil al estudiante: la creatividad es el resultado de una combinación de procesos o atributos que son nuevos para el creador; o sea que, para lograr algo nuevo o diferente toda persona debe descubrir una combinación o aplicación hasta entonces desconocida para ella.
“Aprendamos a soñar. Señores, tal vez entonces hallemos la verdad”
En lo que hace al proceso de la creatividad, todos estos elementos, como así también la metodología, han sido tomados de relatos de gente creativa famosa, que ha dejado el testimonio de cómo han llegado a conclusiones sumamente importantes.
La creatividad surge "del mundo inconciente. En el proceso de la creatividad se sigue un esquema que es aceptado en general por todos los investigadores. Este esquema es el del Dr. G. Wallis, que hace una división del proceso creativo en cuatro niveles Al primer nivel lo llama de preparación: es el momento en que se juntan datos concientemente, y las imágenes que potencialmente podrían ser utilizadas son archivadas. Todos estos datos, que han sido reproducidos en distintos textos, yo los tomo de un libro de dos autores: Mike Satnuels y Nancy Samuels: Seen with the mind’s eyes, que desarrolla el tema de la visualización; en esta etapa de preparación el estado de ánimo de una persona es a menudo de excitación y perplejidad.
El segundo nivel se denomina incubación: en esta etapa se suele liberar el manejo conciente del problema; puede descansar, relajarse o llevar su atención en otra dirección. El proceso de incubación es confiar en las fuentes inconcientes de la creatividad, De un libro de Tulio Carella, dramaturgo y crítico de arte argentino, recuerdo una frase: “Tengo varios temas dándome vueltas, temas para escribir, los voy a mandar a todos al inconciente, el que tenga más fuerza va a salir”, y ése será el tema que seguramente él va a trabajar.
La mayoría de los investigados sienten que esta etapa de incubación es la etapa crítica de la creatividad, porque este estado involucra un estado de conciencia no común y se maneja con imágenes; en esta etapa pueden aparecer como destellos de la respuesta que estamos buscando, del problema que hemos encarado. El tercer nivel es aquél que el autor denomina iluminación. Aparece la solución al problema, o la inspiración, de una manera generalmente inesperada; es como si uno recibiera algo que le llega desde adentro y lo recibe con sorpresa y alegría. Dice Wallis que éste es el momento del descubrimiento; es cuando se ven los contornos de una pintura nueva, o un poeta comienza a ir formalizando ya algo de la poesía que ha surgido como idea general.
El cuarto nivel se llama verificación o revisión, es cuando las imágenes o las ideas adquieren forma o estructura; acá hay esfuerzo, habilidad; habiéndose desarrollado ya la etapa más importante, o sea la recepción de la imagen creada en nuestro mundo inconciente, lo que hacemos es revestirla, darle forma los dos elementos, contenido y forma son partes indivisibles cuando estamos en el proceso creativo. Moreno, el creador del psicodrama, llamaba a las formas producto creativo; estamos entonces frente al producto creativo. La etapa de iluminación sería el momento en que se liberan imágenes; se han asociado, se han combinado imágenes en el mundo inconciente y se han asociado donde no están cuestionadas la lógica, la compatibilidad o incompatibilidad de imágenes o niveles.
Este momento de iluminación sería el equivalente del momento de la inspiración; estamos en una situación pasiva, pero hemos hecho todo un trabajo previo para que el momento de la recolección lo vivamos como realmente ocurre, como imágenes que nos llegan. Esta vivencia la puede tener cualquiera que haya pintado algo espontáneo, surgido de su imaginación, o alguien que haya compuesto una poesía sintiendo que la poesía "le llega", Esto ha hecho creer que la inspiración provenía de afuera, lo cual, como dije al comienzo, podría llevar a comprender los mitos de las musas como parte de este proceso de recepción.
Hay muchas ideas con respecto a dónde o qué tipo de funcionalidad se desarrolla en nuestra mente para que se produzca este fenómeno.
Tenemos explicaciones desde lo psicológico hasta lo neurológico: las psicológicas aluden a que el ser humano dispone de un dispositivo, por así llamarlo, que Arietti2 denomina proceso terciario. Sería una zona funcionante que sirve para que el individuo asocie elementos que podrían no ser compatibles desde el punto de vista de la razón (la razón no es creativa justamente por eso) y que permite asociar imágenes de distintos orígenes y de distinto orden, algo así como lo inconciente con lo conciente en una zona donde se mezclan. Este proceso terciario se parece, aunque Arietti lo identifica como propio, a lo que el psicoanálisis se llama el preconciente, zona en la cual se ubica esta funcionalidad de reunir elementos que son hasta antagónicos y que pueden ser asociados en ella. Esta combinación forma una base del proceso creativo. La emergencia de las imágenes, ideas, pensamientos que le llegan al individuo en este estado, ya que para nosotros la creatividad es un estado, forma parte de nuestro quehacer creativo, de entrenar en creatividad; es la principal metodología, porque la creatividad entonces es desarrollable a través de mecanismos que desbloquean esta productividad de imágenes, y estas imágenes, ideas pensamientos, la materia prima de todo lo que después adquiere la forma -en la "etapa de verificación" de Wallis- la desbloqueamos a través de distintos recursos.
Consideramos que el cuerpo también es un bloqueador de imágenes. Por eso la tarea dentro de nuestro esquema comienza siendo corporal, a través de lo cual vamos liberando al mundo inconciente de las trabas que le impone la conciencia o la razón. La razón nos condena a una limitación de lo que entra en el campo de la lógica. ¿Cómo esquivamos esto? Lo hacemos a través de la tarea corporal, juegos en lo imaginario, hasta que en algún momento, en este proceso que compone el esquema de trabajo en las sesiones o en las clases aparecen los productos que una vez que tienen la materia prima que ya mencionamos, le dan forma, o sea transforma en visible todo esto que fue desarrollado en el campo de nuestra mente, de nuestro imaginario. Entonces, la metodología que utilizamos simplemente lleva a condicionar en el alumno un estado. Decíamos que la creatividad es un estado, y es básica la relajación psicofísica, o sea que ni el cuerpo, ni la mente por nuestro rígido raciocinio, sean un obstáculo para que puedan emerger, frente a determinados estímulos o búsquedas otras maneras, otras respuestas, no habituales, no estereotipadas para resolver los problemas que se nos presentan en la vida a cada instante.
Respuestas creativas
2 Arietti postula la existencia de un "proceso terciario" (designado así en confrontación con los que Freud llamó procesos primarios y secundarios de pensamiento) consistente en un modo de elaborar combinaciones particulares de procesos primarios y secundarios, dando lugar a producciones creativas. (Citado por Héctor Juan Fiorini, Estructuras y abordajes en psicoterapia)
Nos planteamos cómo hace el hombre para poder resolver con otras respuestas los problemas de siempre. Otras respuestas que no sean las que convencionalmente tenemos; por una especie de tendencia a la comodidad caemos en respuestas repetidas. Todo proceso creativo, toda metodología creativa intenta eludir la repetición, la manera habitual con la que nos manejamos en la resolución de problemas o en la búsqueda de nuevos campos o descubrimientos. Las respuestas exitosas son respuestas que se reciben pasivamente, o sea, nos llegan desde nuestro interior; ya en este momento podemos hablar así, ya que dejamos de creer en el creativo como alguien señalado por alguna divinidad que otorga ese don, regala ese don. Por supuesto que hay personas naturalmente creativas y justamente de ellas estudiamos la metodología para seguir esos mismos pasos y entrenarnos en desaprender lo repetitivo, desaprender lo que nuestra cultura nos da en productos hechos. Moreno habla de que la cultura son conservas, conservas culturales, o sea formas donde cada nueva cosa queda transmisible de esa manera. A. Huxley dice que el hombre es un anfibio; una parte funciona dentro del mundo de las vivencias, de las experiencias, de las emociones, pero eso no alcanzaría porque no permitiría darles forma y comunicación a esas vivencias: hay otro mundo, el de las nociones. Dice que el hombre debe tratar de sacar el mejor provecho de esta doble condición que ostenta. Y agrega una frase muy interesante: "Del cuello para arriba aúllan todos los vientos doctrinales".
Y es ahí donde perdemos la certeza, donde comienzan las diferencias. La vivencia, la sensación, es univoca; en cambio, todo lo que hace a los esquemas y teorías está sujeto a discusión.
Brevemente quiero mencionar las bases neurofisiológicas de este proceso de creatividad.
En estudios realizados en la Fundación Menninger, en el estado de kansas, por la profesora Alyce Green con estudiantes voluntarios, se vio que la mayor cantidad de ideas creativas aparecía en uno de cuatro niveles del funcionamiento mental, de los cuatro ritmos cerebrales que se registran en electroencefalogramas. Uno es el estado Beta; es el estado de vigilia, donde estamos despiertos, alertas, con los ojos abiertos y los sentidos despiertos. Un segundo estado, de una longitud de onda más lenta, es el estado Alfa; para algunos es el lugar donde surge la formación de imágenes creativas, tan buscado en algunos medios como una zona de relajación, de descanso; y efectivamente, lo es sin perder contacto con lo que nos rodea, sin perder contacto con las imágenes que nos pueden llegar desde nuestro interior; es un estado de placer, de reposo. Elmer Green, un gran investigador en este campo, dice que una persona relajada, con el cuerpo caliente, por esa misma relajación, está sin duda en Alfa. El tercer nivel es el estado Theta, donde para Alice Green y para muchos otros, aparece la mayor cantidad de ideas creativas.
Como hecho de interés de esta investigación, los estudiantes que realizaban estas experiencias, aunque no realizaran actividades creativas en el plano de la ciencia o del arte descubrían que habían experimentado cambios en su manera de ser como un proceso que había resultado en última instancia terapéutico; estaban más sueltos, menos bloqueados en lo que hace a la relación con los demás, los vínculos que establecían eran fáciles, la comunicación amplia y simplificada y una sensación de tener vínculos frescos, creativos, con respuestas sociales no estereotipadas. Estos jóvenes, estudiantes de una universidad próxima a la Fundación Menninger, eran entrenados para llegar a ese ritmo cerebral. y, con gran sorpresa, los comentarios que trajeron eran de índole absolutamente personal y relacionados con el campo social. El último nivel, el más lento, es el que corresponde al estado Delta el estado del sueño, del dormir. Efectuamos el entrenamiento dentro de un esquema que va desde lo
corporal hasta los productos creativos y pasando por todas las etapas que mencioné brevemente hace unos instantes.
Es importante mencionar la relación que tiene el proceso terciario de Arietti con algo que nosotros por experiencia, sin haber llegado a formular la teoría, pensamos que es mucho más simple: interpretar la creatividad como un hecho biológico, sin el cual el ser humano no habría podido resolver los múltiples problemas que se le presentan en todo su proceso de hominización, o sea, cómo llega a ser hombre, cómo llega a transformarse desde sus primeros orígenes en lo que es, en su evolución. Artetti habla de una función específicamente destinada a esto que se llama proceso terciario. Pero también hay otra explicación que escapa a esta concepción teórica, que proviene de un biólogo llamado Sinnott; éste dice que la creatividad - es una manifestación natural de la vida; considera a la imaginación como la habilidad de una persona para representar en su mente algo que él nunca ha visto o experimentado. Y, coincidiendo con otros autores, cree que el proceso creativo tiene lugar en el inconciente. Da una explicación que reproduzco textualmente: "En los sueños y en los estados de entresueño la mente se llena con un tropel de imágenes y fantasías, aquí las tendencias naturales y las predilecciones por ciertas formas de vida, encuentran su expresión, más que todo pienso que el poder organizativo de la vida adecua las fantasías flotantes de la mente inconciente en patrones ordenados. La mente inconciente rechaza ciertas combinaciones, por poco importantes o incompatibles, pero ve las significancias de otras por sus medios, el orden -intelectual, estético, tal vez el orden espiritual- se distingue del azar. Uno debe reconocer la operación en el inconsciente, porque la casualidad por sí sola, no es creativa".
Sinnot y otro investigador, Gerard, de la Universidad de Michigan, apoyan, confirman el sentido biológico de la creatividad con argumentos y pruebas a mi criterio concluyentes. Y Harold Rugg (1960) integra las observaciones de los autores mencionados en una teoría que dice que todo el trabajo creativo tiene lugar en la mente transliminal, una "antecámara dinámica", como la única parte de la mente libre de censura. Pensamos con esto que lo que vemos instalado biológicamente es privativo y característico del hombre. Lo que hacemos entonces en nuestra tarea es simplemente, y a veces no tan simplemente, liberar esta condición que está como sepultada bajo el dominio de lo que es también necesario y que Moreno llama las "conservas culturales" que hacen que los conocimientos, la cultura sea transmisible.
Moreno dice que la espontaneidad actúa sobre las conservas culturales, las moviliza, las desestructura, las descongela, y en un nuevo proceso, en un nuevo ciclo, vuelve a crear nuevas conservas en un movimiento incesante.
Sin este proceso, no hubiese sido posible el crecimiento del hombre sobre la tierra.
Postulados y actitudes en creatividad
Principio de valoración diferida
Con cualquier metodología, los que exploramos en este campo de la creatividad aceptamos un concepto y una actitud en el aprendizaje.
Una de las cosas en que incurrimos casi permanentemente es evaluar: algunos más que otros, profesores y alumnos, evaluamos, todo lo que vemos y hacemos. El antídoto: principio de valoración diferida, y en buena dosis.
¿Cómo se realiza? Simplemente evaluar, si es necesario, sólo al final de la tarea. La evaluación, tanto positiva como negativa es nefasta para la realización de un acto pleno con todas sus posibilidades. Evaluar en pleno salto o carrera es correr el riesgo
de un tropezón o un porrazo. Cuando evaluamos, el proceso que nos conduce al estado creativo se detiene instantáneamente.
Si es un salto el que estamos haciendo no debemos evaluar en el aire: la disociación nos desconcentra, tanto si anticipamos el triunfo como el fracaso. La tan conocida "tormenta de ideas" utilizada en el campo de la publicidad consiste, como base, en el hecho de no rechazar ninguna idea, por más extraña que parezca. No hay valoración en la tormenta de ideas; una buena manera de eludir la rigidez y censura de la lógica.
Principio de distanciamiento
Cuando estamos trabajando, en la profesión u ocupación cualquiera que sea, la angustia de no saber cuál es la respuesta a la solución de un problema nos lleva a adoptar prematuramente la hipótesis o teoría que lleve tranquilidad a nuestro espíritu. Me refiero a los casos en que apoyarse en una explicación es como tomarse de un salvavidas y tener la tranquilidad de que tenemos la solución. La respuesta que nos llega plena, sentida como indudable que cae como un fruto madurado naturalmente aparece después de un estado de ambigüedad, de vagar a ciegas, que los descubridores toleran muy bien. Si toleramos la ambigüedad la respuesta nos negará sin buscarla. Los que estamos en el campo de la medicina, y sobre todo en nuestros primeros años de profesión, pretendemos a los ojos del paciente dar la imagen de que ya tenemos el diagnóstico.
Estos dos principios deben regir toda nuestra tarea.
Los bloqueos: trabas en el desarrollo de la creatividad
Los bloqueos emocionales son de muy fácil diagnóstico: miedo a hacer el ridículo en nuestro trabajo, a que nos vean como payasos; miedo a equivocamos; es, sin lugar a dudas, fruto de una importante autocrítica, tan característica en nuestro carácter rioplatense.
Bloqueos perceptivos: vemos, percibimos, olemos el mundo que nos ha sido descrito, y el ser creativo percibe sin trabas, "se da cuenta" de lo que los demás no registran; podríamos decir que el individuo creativo dispone de una óptica, de una lectura más libre, menos condicionada.
Bloqueos culturales: normas sociales que nos hacen ver y pensar, y quizá la más notable es la óptica de nuestra profesión o trabajo, o vicio profesional.
Características de la persona creativa:
La persona creativa manifiesta una gran curiosidad intelectual; adecua y combina de una manera muy particular la información; son personalidades independientes, son flexibles con respecto a medios y objetivos. Son muy perceptivos, se dan cuenta de las cosas, perciben mucho más lo que forma el contexto en el que se mueven y pueden descubrir las necesidades que sufre un contexto determinado: lo que sería necesario hacer para que las cosas funcionen mejor.
Dificultades del aprendizaje en creatividad
F.M.: ¿Cuáles son las trabas en el comienzo, para realizar la tarea de creatividad?
Alumnos: -Autocensura.
-Exigencias hacia uno mismo.
-Juzgar.
-Juicio de valor.
-Perfeccionismo.
- Inhibición.
-Ponerse a observar primero, en lugar de largarse a hacer.
-No poder dudar y equivocarse.
-Competitividad excesiva.
-Temor al descontrol (cuando uno hace algo), temor a que salgan cosas que uno espera que no salgan. -Estereotipos previos, miedo al ridículo.
-Meterse en situación diferente (lo desconocido), temor al cambio.
-Desconocimiento del grupo.
Actitud frente al aprendizaje en creatividad
El problema de observar, aparte de que uno se excluye, se disocia, es que, en creatividad, observar resulta tan grave como evaluar; observarse es casi lo mismo. El proceso creativo se detiene automáticamente, ya no estamos concentrados, estamos disociados: si yo digo "qué lindo"... ya me fui.
Alumno: "Esto no lo vaya arruinar... "
F.M.: Claro. La gente hace algo y lo quiere primoroso y lindo, tiene miedo de arruinarlo. En mi libro: El Taller de Terapias Expresivas, yo cuento las anécdotas con un gran amigo mío que se llama Salomón; estudiábamos pintura en una peña que se llamaba Pacha-Camac; a veces nos hacían posar, corno no teníamos plata para pagar..., pero cuando no posábamos, trabajábamos con lápiz y utilizábamos distintos recursos para que todo fuera primoroso y lindo y venía el profesor con su melena y un moño grande, era el año 35, venia y corregía los trabajos con trazos grandes. Salomón me miraba y decía: "¡Qué me hizo!" A nosotros nos había gustado la primera imagen, pero desde el punto de vista del dibujo, era un desastre; el profesor se agarraba la cabeza como diciendo "¡Qué están haciendo!", y a nosotros lo de él nos parecía feo y lo nuestro lindo, y salíamos a la calle protestando. Después, con los años, uno se va dando cuenta de que las cosas no son como uno pretende y es mejor no preocuparse por eso. Aquí en un taller, había una alumna que dibujaba pero no quería poner color; si los contornos habían resultado agradables, no se atrevía a colorear, porque no sabia cómo iba a quedar: entonces, había que alentarla para que se lanzara a hacerla. Otra muchacha estaba haciendo una pieza con arcilla muy blanda, y se le deformaba; es importante comprender la textura del material: le aconsejamos que descartase ese trabajo e iniciara otro respetando la consistencia y los límites de la arcilla. En creatividad, en última instancia buscamos una actitud; una actitud creativa, que es el fruto de un trabajo para vencer todos aquellos obstáculos que ustedes han enumerado con claridad.
Tiempo y distancia en la tarea creativa
El compromiso con la tarea tiene que ver con la distancia que uno pone respecto de lo que hace. Si uno está metido en la cosa, si no hay distancia, esa cosa pasa a través de uno; pero se trata de crear y recrear lo que uno va haciendo. Y, también, los tiempos. Cada uno tiene un tiempo en lo que hace. A veces nos ponemos en críticos de los demás: nos cuestionamos el tiempo del otro, en muchos ámbitos de la vida. Pero cada uno tiene un tiempo propio, un ritmo propio que no podemos negar o desvalorizar.